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No eres tan Especial como lo Crees

Photo by Genevieve Kim, IG @triangleflash

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Cuanto más practico en el sistema de Ashtanga, más me doy cuenta lo no-especial que realmente soy. Oh! Yo se que eso suena rudo, pero pon atención.

Ashtanga es un método y por lo tanto este tiene sus principios. Éstos son organizados en tres pilares: La Respiración, que incluye ujjayi pranayama, uddyana and mula bandhas – Dristhi, que incluye la dirección de la mirada– Asana, que es estable, firme y amplia. Estos tres pilares no son negociables. No importa si eres un novato en tu práctica o has estado bebiendo del refresco del Vande Gurunam por 20 años, tú tienes que usar ujjayi, tienes que emplear tus bandhas, debes limitar tu mirada deambulante, y debes tener una postura estable y firme.

En la cima de estos principios, tú podrías tener la posibilidad de construir lo que desees. Quizá tu práctica imite un gran castillo con torres y terretes elevándose hacia el cielo; o quizá se asemeje mas a un hogar humilde, pero lleno de luz y amor. Quizá tu práctica no constituya estructura alguna y mas bien sea una selva llena de flores y suculentas plantas. Tu máxima creación no tiene por qué ser siempre la misma. Tu puedes cambiarla a lo largo del tiempo, agregas algo por aquí, quitas algo por allá o destruyes todo y empiezas nuevamente. Siempre y cuando uses los principios de la respiración, dristhiy asanas estables- las posibilidades son infinitas.

Si hay una ruptura de estos principios, algo se perderá tarde o temprano. Lo mas probable es que las cosas se descompondrán lentamente, casi sin rastro alguno hasta que algo mayor ocurra, que no podrá ser ignorado. No tiene sentido tratar de corregir lo que se encuentre en la cima de los principios, si los principios en sí mismo son defectuosos o incompletos. No hay salida, tú siempre te verás a ti mismo regresando a la respiración, dristhi y asana.

Construir y mantener unos principios solidos es la clave de cualquier práctica. Ésto se aplica en todo. Nadie es suficientemente especial para evadirlo, yo no lo soy, tampoco el hombre viejo, ni siquiera la embarazada, ni el estudiante con escoliosis severa, ni el cuadripléjico postrado en cama cuyas extremidades son movidas por su terapeuta o maestro, ni la chica cuyos brazos son ¨muy cortos¨ para saltar hacia atrás, ni el muchacho con un millones de lesiones deportivas, ni el bailarín hiperflexible, ni la señora con doble reemplazo de cadera. La lista de personas especiales con preocupaciones especiales es infinita. Si la base de la práctica no es construida con cuidado y dado la suficiente atención, nos lesionaremos. 

Ser un practicante de Ashtanga significa que debes estar vigilando tu fortaleciendo y reparando tus principios. Muchas veces, cuando estamos lesionados, buscamos el área de la lesión para saber la causa y solución de la misma. En lugar de ello, deberíamos analizar los tres principios de nuestra práctica para descubrir lo que realmente nos está dando problemas. ¿Es mi respiración errática o incontrolable durante la práctica? ¿Está mi mente vagando en mi mirada? ¿Son mis asanas estables? ¿Se encuentra todo firmemente basado y apoyado?

Ser especial es una espada de doble filo. Un lado es “yo no puedo” y el otro el “yo puedo”. Mis brazos son muy cortos y no puedo saltar hacia atrás. Mis piernas son muy largas y no puedo topar mis pies cuando me doblo hacia delante. Soy muy viejo para ir mas allá de la Primera Serie. Y así sucesivamente, nos llenamos de diferentes excusas y razones por las cuales no podemos hacer ciertas cosas. Quizá tu no puedes hacer esas cosas, aún. ¿Entonces? Es posible que nunca seas capaz de hacer esas cosas.  ¿Por qué importa? Ninguno de estos problemas especiales nos prohíben apuntalar a los pilares fundamentales del método de yoga Ashtanga. Ninguno de estos problemas nos impiden de tratar cada día, de concentrarnos cada día, de respirar cada día, de desarrollar fuerza cada día, de cada día trabajar para convertirnos en una mejor persona que la que fuimos el día de ayer.

Por otro lado, existen los tipos YO PUEDO -yo tiendo a caer en esta categoría- y pensamos que somos especiales porque somos particularmente buenos en algo, o en varias cosas. Ésto es algo cercano y especial en mi corazón, así que voy a usar a mí mismo como ejemplo. YO PUEDO arquear mi espalda (backbend). Siempre he sido bueno arqueando mi espalda, y en realidad es algo muy natural en mí. Una vez, estaba disfrutando mi práctica de backbending. Estaba incluso haciéndolo por diversión y me desafiaba a mi mismo a ir más y más profundo. Arquear mi espalda era tan sencillo para mi, que no estaba realmente poniendo atención al bandhas, respiración, dristhi o estabilidad. Solamente estaba haciendo lo que se sentía bien. Luego vino ¨kapotasana¨, espalda de pargo como lo llamo yo, y muy rápidamente después, sentí un gran dolor en la espalda baja. Arquear la espalda ya no era divertido; de hecho muchas cosas dejaron de serlo. ¿A quién o qué culpé? Kapotasana, obviamente. Estaba seguro que esa pose era la culpable. El problema es que cada día tengo que hacer kapotasana, eso o desertar, o voluntariamente renunciar a lo que había aprendido de la Serie Intermedia (y perder el respeto a la persona YO PUEDO de 25 años). Mi base estaba destruida. Sufría dolor, no por una asana en específico, sino porque construí un palacio arena de mi práctica de arcos. La única cosa que quedaba por hacer, era reconstruir los cimientos de mi práctica. Me encontraba en un molesto, doloroso y ego aplastante proceso.  Tuve que reaprender todo. El mayor dolor de esta experiencia no fue el físico, sino el dolor emocional de descubrir que yo no era especial en absoluto. Yo era como cualquier otra persona. Yo también tuve que usar la respiración, bandhas, dristhi y asanas estables de manera apropiada, o me debilitaría y rompería con el tiempo.

No importa quien tu seas, tú puedes practicar Ashtanga yoga. Tú puedes ser la persona más especial en el mundo entero y tú puedes practicar Ashtanga yoga. Pero ten cuidado, si tomas tu práctica con seriedad, eventualmente te darás cuenta de lo banal y normal que eres.  Cuando te des cuenta de eso, estarás en el camino de encontrarte a ti mismo, y después tener la oportunidad de transformarte en algo realmente especial.